La cosmecéutica ¿has oído hablar de este concepto?
La revolución de la cosmecéutica y sus beneficios para la piel
A diferencia de los cosméticos clásicos, los productos fruto de la cosmecéutica, requieren un personal especializado que, tras llevar a cabo un adecuado diagnóstico, efectúe un protocolo de tratamiento.
Este producto revolucionario destaca notablemente frente a las fórmulas tradicionales incorporando en su listado de ingredientes sustancias activas definidas por su capacidad de influir sobre la piel y mejorar su apariencia. Los cosmecéuticos poseen una concentración elevada, siempre respetando el umbral de seguridad, superior a la de los cosméticos convencionales.
De todos los órganos del cuerpo, la piel es la más versátil de todos. Es el órgano que cubre toda la superficie corporal y su principal función es la de protegerla. Se trata de una barrera selectiva frente a microorganismos, sustancias químicas, cambios de temperatura, etc.
El órgano de la piel, en conjunto con el pelo y las uñas, refleja la salud física y mental.
La cosmecéutica y sus reconocidos principios activos
Los cosmecéuticos destacan dentro de la cosmética farmacéutica por su capacidad para provocar efectos beneficiosos para la piel. Sus principios activos van encapsulados en formas farmacéuticas evolucionadas como los liposomas (microvesículas esféricas formadas por varias capas para controlar la liberación modificada de los activos), que se aplican sobre la piel y de manera tópica.
Muchos de los principios activos de los reconocidos cosmecéuticos también se encuentran en los cosméticos tradicionales, pero en menores cantidades. Esto hace que los primeros sean capaces de penetrar en las distintas capas de la piel y ejercer su acción de forma prolongada.
Algunos de ellos son: colágeno, vitamina C, alfa- hidroxiácidos, retinoides y factores de crecimiento.
El cosmecéutico actúa con el cuidado de la piel
Es importante destacar que los productos cosméticos ejercen su efecto siempre y cuando estén integrados dentro de una rutina, de manera que todo lo que utilicemos se complemente y se optimicen los resultados finales. Esto es algo que insistimos mucho en nuestros pacientes, debido a la falta de rutina que encontramos en muchos perfiles.
Principales tipos de piel:
Para poder identificar las necesidades de la piel, es fundamental conocer los distintos tipos, ya que cada uno tiene unas características específicas y concretas que lo definen. Los diferenciamos en los siguientes grupos:
- Piel normal o “eudérmica”: se trata de una piel muy bien protegida, con brillo moderado, tacto suave, fina y con el poro cerrado.
Para este tipo de piel se utilizan productos con un bajo porcentaje de fase oleosa y alto de fase acuosa. Por ello se emplean en gran proporción los humectantes (ingredientes fundamentales de los cosmecéuticos), que evitan la pérdida de agua.
- Piel seca o “alípica”: tiene falta de secreción grasa. El aspecto es mate y blanco-rosado, se broncean difícilmente y se queman con facilidad.
Los productos destinados para este tipo de piel contienen abundante fase oleosa con ingredientes como el ácido lipoico, que además tiene propiedades antioxidantes.
- Piel grasa: aspecto brillante y tacto untuoso. Es una piel muy bien protegida excepto si tiene tendencia acneica. Tiene una elevada producción de sebo, por ello también se denomina “seborreica”.
Los productos utilizados para este tipo de piel contienen escasos componentes grasos.
- Piel mixta: dependiendo de la zona concreta de la piel puede presentar más o menos grasa.
Para el mantenimiento de cualquier tipo de piel, además de para prevenir el antienvejecimiento de la misma, las formulaciones cosmecéuticas deben incluir: retinoides como la vitamina A, antioxidantes como la vitamina C o los tocoferoles, glutation, así como el coenzima Q10, que reduce la peroxidación de las LDL de una manera muy eficiente.
Desde la oficina de farmacia, podemos asesorar a nuestros clientes sobre productos especializados para el cuidado de la piel, en función de su tipología y estado, y aconsejarles sobre los pasos y productos para llevar a cabo una buena rutina facial.
Fuente:
Curso de Cosmética Farmacéutica aplicada a la Oficina de Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid.