El envejecimiento de la piel es irreversible, ¡pero podemos retrasarlo!
El estrés oxidativo: detrás del envejecimiento de nuestra piel
El proceso de envejecimiento de nuestro organismo es un proceso irreversible que inevitablemente comienza desde el momento en que nacemos, y en nuestra piel es donde ese envejecimiento se hace más visible. En nuestra mano está establecer una serie de medidas o hábitos para conseguir que ese paso de los años sea lo más benévolo con nosotros en todos los sentidos. Cuando hablamos de envejecimiento de la piel, podríamos hacerlo diferenciando dos tipos:
Tipos de envejecimiento de nuestra piel
Envejecimiento intrínseco
Con el paso de los años la piel sufre una serie de cambios morfológicos. Se vuelve más fina, disminuye su función barrera y el estrato córneo que cuenta con una estructura muy ordenada y compacta se desorganiza. Así en cada una de las décadas de nuestra vida adulta nuestra piel cambiará, y estos cambios van a depender de las características genéticas heredadas de papá y mamá.
Sobre este tipo de envejecimiento no vamos a poder actuar mucho, aunque también es verdad que es el que menos aporta a la forma de envejecer de nuestra piel, en concreto entre un 20-25%.
Envejecimiento extrínseco
Se trata del envejecimiento de la piel mediado por factores externos a nosotros mismos a los que nos exponemos de manera voluntaria e involuntaria (exposoma de la piel). Será más o menos severo con nosotros en función de los hábitos que adoptemos. Por lo tanto, sobre este tipo de envejecimiento sí que tenemos capacidad de actuación, y eso es una buena noticia, ya que el 75-80% de los signos del envejecimiento de la piel se van a deber a este tipo de envejecimiento.
El exposoma de la piel: los factores externos de envejecimiento de nuestra piel
El término exposoma es relativamente nuevo, nace en los años 90, y es desarrollado por el director de la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer Christopher P. Wild. Lo define como “la suma total de los múltiples factores de exposición que llenan los días, meses y décadas de la vida de esa persona. Son las exposiciones a sustancias químicas, radiación, calor, frío, ruido, alimentos, estrés y otros agentes ambientales; los comportamientos de salud y actividades, y el perfil único de las bacterias comensales que hacen de una persona un individuo”
Si nos fijamos en el exposoma de la piel, se han identificado, estudiado y comprobado que existen 7 factores que afectan de manera determinante a nuestra piel y por tanto a nuestra manera de envejecer.
Factores que forman el exposoma de la piel:
- El Sol.
- La contaminación y la polución.
- El tabaco.
- Los hábitos alimenticios.
- El estrés y la falta de sueño.
- Los cosméticos.
- La temperatura.
La exposición a todos estos factores que forman el exposoma de la piel nos trae la misma consecuencia. Un aumento en la concentración de radicales libres que al final puede desencadenar un estado de estrés oxidativo.
Los radicales libres y el estrés oxidativo: determinantes en el envejecimiento de la piel
Los radicales libres son moléculas muy inestables que cuentan con uno o varios electrones desapareados en su última capa. Para estabilizarse, lo que hacen es inestabilizar a moléculas que tienen a su alrededor, generando una especie de efecto dominó destructivo. Entre las dianas favoritas de estos radicales libres están los lípidos, el material genético (ADN) y proteínas. ¿Y dónde hay mucho de todo esto? Pues en la piel, ya que la piel es el órgano más grande del cuerpo humano.
La generación de radicales libres es un proceso también fisiológico. Nuestro organismo genera pequeñas cantidades de estos radicales libres que incluso llegan a tener funciones dentro del funcionamiento del organismo, como en el caso del sistema inmunitario que los utiliza como elemento defensivo. El problema es cuando aumentamos la exposición a esos factores que forman el exposoma y por tanto aumentamos la concentración de radicales libres.
En el momento que esa concentración de radicales libres supera la capacidad antioxidante de defensa de nuestro organismo entramos en lo que se conoce como un estado de estrés oxidativo. Y precisamente ese estrés oxidativo se encuentra detrás del envejecimiento prematuro de la piel.
Signos y síntomas del envejecimiento de la piel causado por el estrés oxidativo
- El aumento de radicales libres afecta a los fibroblastos y por tanto a los niveles de colágeno y elastina disminuyendo el tejido de sostén. Por lo que vamos a perder aún más firmeza y aparecerán más arrugas, flacidez y fragilidad en la piel.
- El recambio celular necesario en la epidermis se ve disminuido, lo que se va a traducir en una falta de luminosidad en la piel.
- Altas concentraciones de radicales libres estimulan la melanogénesis por lo que se favorece el acumulo de melanina y otros pigmentos y por tanto la incidencia de manchas.
- Se alteran los vasos que llegan a la dermis y se encargan de aportar nutrientes. Lo que se va a traducir en una mayor profundidad de las arrugas.
- Estos radicales libres pueden originar mutaciones en el material genético, mutaciones que si se acumulan en el tiempo, pueden dar lugar a problemas graves como queratosis actínicas o diversos tipos de cáncer. A esto es a lo que nos referimos cuando hablamos de la memoria de la piel.
En fin, como puedes comprobar, no encuentras mejor opción que la de incluir productos con una alta capacidad antioxidante en tu rutina de cuidado de la piel. Es la mejor manera de luchar contra el estrés oxidativo y el envejecimiento prematuro de la piel.
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Artículo escrito por Pablo García “Medicadoo”, farmacéutico divulgador.
Visita su perfil: @Medicadoo y su blog para más información interesante.
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