Falsos Mitos y Bulos en Farmacia: #Saludsinbulos

Internet es un arma de doble filo en el que millones de personas tienen acceso a información. Sin embargo, no toda es veraz. La red es una fuente de falsas creencias y bulos, especialmente en el campo de la salud. Y cada vez son más las personas que se enfrentan a una información que no siempre es fiable. Tanto es así, que en el último año las consultas no contrastadas han crecido un 60%.

Las principales categorías abonadas a los bulos son:

  • Las pseudoterapias.
  • La alimentación.
  • El cáncer.
  • Los efectos secundarios de los medicamentos.
  • La toxicidad de determinados compuestos.

“El farmacéutico tiene la responsabilidad de desmontar creencias falsas con argumentos científicos en el mostrador de una farmacia”

El profesional de la farmacia debe mostrar empatía con la persona que plantea su duda. Rebatir los bulos con un lenguaje sencillo. Explicarles por qué es una noticia falsa y aportar datos que apoyen sus argumentos.

Existe un sinfín de ejemplos que muestran la peligrosidad de los bulos de salud para las personas que los reciben. Desde vídeos de Youtube proponiendo curas milagrosas contra el cáncer, hasta influencers de belleza recomendando cremas antibióticas para el acné.

Según el “II Estudio sobre Bulos en Salud” realizado por el Instituto #SaludsinBulos y Doctoralia, “nueve de cada diez profesionales sanitarios piensa que sus pacientes buscan información en internet sobre los síntomas de su patología antes de acudir a consulta”.

El boticario puede contribuir a frenar la proliferación de noticias falsas mediante acciones en la web. Resumimos algunas pautas recogidas en la “I Guía contra los bulos en atención primaria”, realizada por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y #SaludsinBulos.

Recomendar páginas web fiables.

No está en manos del farmacéuticos censurar sites con información falsa. Pero sí que podemos canalizar su interés hacia webs acreditadas, como pueden ser blogs de boticarios, páginas de sociedades médicas o de colegios farmacéuticos.

Difundir información veraz y contrastada a través de canales digitales.

Para combatir la intoxicación informativa de la red, es necesario hacerlo en el mismo terreno. Para ello podemos utilizar canales como blogs o webs. Sin embargo, debemos tener en cuenta que debemos hacer la información comprensible para el lector, adaptando el lenguaje a todos los públicos. Por otro lado, es necesario conocer los algoritmos de los buscadores para poder aparecer mejor posicionados en sus listas de búsqueda.

Recuerda: quizá algunos creadores de bulos no tienen demasiados conocimientos científicos. Pero sí conocen a la perfección cómo funcionan los canales digitales.

Convertirnos en referente para el paciente en las redes sociales.

Instagram, Twitter o Facebook son canales desde los que podemos difundir nuestros mensajes, y los de compañeros de profesión, de forma masiva.

Colaborar con plataformas para “cazar” bulos.

La más conocida es #SaludSinBulos, avalada por distintas sociedades científicas. En ella, profesionales de la salud colaboran para replicar con información contrastada y con evidencias científicas los bulos y fake news sanitarias.

Denunciar.

Informando sobre estos bulos a la Unidad de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil o ante el Cuerpo Nacional de Policía. En sus manos tienen los recursos necesarios para poner fin a estas prácticas.

*Sello Garantía Cofares – 100% farmacéutico: Este artículo está validado por personal farmacéutico cualificado del Grupo Cofares, con el objetivo de ofrecer información de valor, veraz y profesional a todos nuestros lectores.

 

 

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